viernes, 30 de octubre de 2009

LA CATRINA por Mauricio López Moctezuma


Por Arq. Venancio Bizantino Barrera

El Centro Cultural Lizardi de Zihuatanejo, Guerrero, en donde Mauricio López Moctezuma imparte un Taller de Modelado en Barro, le solicitó una pieza especial para el Altar de Muertos que dicho Centro pondrá este año con motivo de la celebración de Día de Muertos (Noviembre 02) en virtud de ello y con la experiencia de conocer muy de cerca algunos trabajos del escultor, de que lo visité en su taller el pasado fin de semana y al ver su trabajo realizado para ese Centro Cultural, decidí escribir algo sobre su trabajo que me llama mucho la atención y despierta mi interés por su creatividad y por la dimensión de sus obras por ser precisamente en ese matrial, el barro. Le pregunté porque se inclinó por la imágen de La Catrina y según su propia declaración _“pensé que La Catrina, obra del maestro José Guadalupe Posada, grabador mexicano (1852-1913), es un símbolo que expresa con gran claridad la idiosincrasia cultural del mexicano con respecto a la muerte, por lo que inspirado en el busto de la célebre Catrina que grabó el maestro Posada, he esculpido una pieza en barro, en la que estoy en su acabado final, y la que me llevó un promedio de 84 a 90 horas de trabajo, diferidas en aproximadamente cuatro semanas. La bautice con el nombre de La Catrina de la Rosa y espero que puedan disfrutarla tanto como yo”_ declaró.



Muestro algunas fotos del escultor, en donde se puede observar el laborioso proceso de elaboración de esta obra, _“que está por demás decir que fue una escultura complicada, con múltiples detalles y un reto en lo personal por el tamaño ya que mide aproximadamente 97 centímetros de altura por 45 centímetros de ancho y debe pesar un promedio de 40 kilos ya seca y horneada. Esta pieza fue un reto, pero en lo personal, es justamente lo que más disfruto ya que me implica la exploración de nuevas técnicas y me exige aprender nuevas habilidades para obtener los resultados que deseo”_ me expresó el escultor a quien por cierto le he adquirido algunas de sus hermosas obras que adornan ya mi casa en Cuernavaca.

Mauricio es empírico y ha creado su propia técnica para moldear, esculpir, secar y hornear sus piezas, igualmente elabora sus propias herramientas de trabajo y selecciona, obtiene y prepara personalmente el material (barro) con el que trabaja todas sus piezas. Le conozco desde hace cinco años y la evolución de la técnica con que trabaja ha sido increíble. No sería justo si no menciono la calidad cada vez más alta del acabado de sus proyectos, del ingenio y de la creatividad, cada ocasión más interesante, que reflejan los mismos y para muestra esta Catrina que me dejo realmente impresionado. He comentado que es dueño de un don que refleja muy bien a través de sus manos, indudablemente conectadas con un espíritu sensible y con su propia cultura. Conozco su esfuerzo, su dedicación, el resultado de esto y es innegable que hay en él y en su obra un especial talento. Auguro muchos éxitos para mi amigo Mauricio y me congratulo de contar con la oportunidad de conocer su trabajo, su talento natural y fina creatividad.

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